miércoles, 17 de diciembre de 2008

Viaje a China



La idea de este viaje fue de la profesora de Lenguaje, Silvia, mirando Pekín Express: decidió que irían todos los alumnos de 2ºA.


Tras 8 horas de viaje, por fin llegamos a Pekín. Nos quedamos un rato mirando las vistas de alrededor (no se veía nada porque era de noche) y luego, nos fuimos a nuestro hotel.

Yendo hacia el hotel, Alejandro Báguena dijo que podíamos atajar por una calle que había cerca de allí, miramos el mapa de la ciudad y era cierto, así que decidimos atajar por esa calle. Al atravesar aquel callejón, como era de noche, de repente apareció un ladrón, pero como éramos “veintitantos”, no tuvimos ningún problema en reducirlo.

Lo cogimos entre cuatro, cada uno agarrándolo de una pierna y de un brazo y le dimos unos cuantos azotes, al rato lo soltamos, al ver que se había quedado sin respiración, pero ¡era un engaño! Salió corriendo como pudo y mi profesora, de repente, gritó:

-¡¡Corre, corre, cobarde!!

Tras 15 minutos más caminando llegamos al hotel. Era bastante grande, tendría unas 15 o 16 plantas y por dentro era todo lujoso (ya lo tendría que ser porque la estancia para dos días nos costó 500 euros a cada uno. Nos fuimos a nuestras habitaciones, una para los chicos y otra para las chicas y teníamos tanto sueño que nos fuimos a dormir nada más ponernos los pijamas.

Al día siguiente, Silvia, despertó a toda la gente, aunque algunos nos quedamos dormidos.

A las 10:00 nos fuimos a desayunar. Después, a las 12:00, fuimos al centro de Pekín. Allí nos comimos unos aperitivos, no mucho porque acabábamos de desayunar. Luego hicimos unos juegos grupales de ir con un mapa recorriendo toda la ciudad escribiendo el nombre de cada restaurante u hotel que ponía en una hoja. La actividad la realizaban los chicos contra chicas y, como estaba claro, ganaron los chicos, aunque no por mucho, porque la profesora iba con ellas y eso les daba algo de ventaja.

Al reunirnos todos, le pedimos una recompensa a la profesora por ganar, pero ella decía que ya era bastante recompensa que no nos castigara por llegar media hora tarde al punto de reencuentro. Ya eran las 14:30 y nos fuimos a un museo en la parte este de la ciudad. Allí había muchas cosas bonitas, como grandes esculturas y bonitos cuadros. La experiencia del museo fue buena, si no contamos que Hristo, Enrique, Suli, Adrián, Alejandro, Andrés, Álvaro, Apeles, Denis y yo , bueno, todos los chicos, casi estropeamos un artilugio electrónico, porque era bastante llamativo y nosotros lo estábamos tocando todos a la vez y casi se estropea…

Al salir del museo ya eran las 16:00 y no sabíamos muy bien qué hacer y teníamos que hacer algo porque el avión de vuelta a España saldría al día siguiente a las 10:00 de la mañana. No nos quedaba mucho tiempo, así que nos fuimos a un parque de atracciones. Allí nos tomamos una aburguesa y unas “cocacolas” y luego nos fuimos directamente a las atracciones. Había muchísimas, pero la mejor una montaña rusa (en este caso china) de unos 20 metros de altura, impresionaba bastante.
Después de pasar por todas las atracciones, decidimos irnos, pero nos fuimos al hotel porque eran las 23:00 y ya estábamos cansados y sin ganas de nada. Al día siguiente, a las 7:00 nos levantamos porque a las 10:00 despegaba el avión y nos pusimos a prepararnos nuestra ropa, que no era mucha la que llevamos porque para dos días…

A las 9:00 salimos del Hotel y fuimos al aeropuerto en autobús. A las 9:30 llegamos al aeropuerto, pasamos la aduana y nos montamos en el avión. Al saber que nos esperaban 13 horas de viaje, nos pusimos a hablar entre nosotros de la experiencia que habíamos vivido.

La experiencia fue bastante buena, porque vimos muchas cosas nuevas y porque la verdad es que, vayas al país que vayas, siempre aprenderás algo nuevo…

Zoltan Gyorgy - 2º ESO A

2 comentarios:

zoltan dijo...

jo, me gusta como ha quedado el cuento con la imagen y todo...

Silvia López dijo...

¡Me alegro!
Pues a ver si seguimos construyendo el blog entre todos, quedará muy bien si os esorzáis como estáis haciendo la mayoría. Así que, ¡Felicidades!