miércoles, 1 de abril de 2009

Microcuentos

Hace días que os vengo hablando de los microcuentos (también llamados microrrelatos, relatos breves...) y hemos leído (y seguiremos haciéndolo) algunos en clase. Os cuelgo aquí alguno de ellos,
y OS INVITO A QUE CREÉIS VUESTRO PROPIO MICROCUENTO (podéis escribirlo aquí, como comentario, o enviármelo a mi -quizás mejor-, y yo lo publico como entrada).


El dinosaurio, Augusto Monterroso
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.


El hombre invisible, Gabriel Jiménez Emán
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.


La última cena, Ángel García Galiano
El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaré la bebida

Cada cosa en su lugar, Luisa Valenzuela
Hay dramas más aterradores que otros. El de Juan, por ejemplo, que por culpa de su pésima memoria cada tanto optaba por guardar silencio y después se veía en la obligación de hablar y hablar y hablar hasta agotarse porque el silencio no podía recordar dónde lo había metido.

Música, Ana María Matute
Las dos hijas del Gran Compositor -seis y siete años- estaban acostumbradas al silencio. En la casa no debía oírse ni un ruido, porque papá trabajaba. Andaban de puntillas, en zapatillas, y sólo a ráfagas, el silencio se rompía con las notas del piano de papá.
Y otra vez silencio.
Un día, la puerta del estudio quedó mal cerrada, y la más pequeña de las niñas se acercó sigilosamente a la rendija; pudo ver cómo papá, a ratos, se inclinaba sobre un papel, y anotaba lago.
La niña más pequeña corrió entonces en busca de su hermana mayor. Y gritó, gritó por primera vez en tanto silencio:
-¡La música de papá, no te la creas...! ¡Se la inventa!

Amenazas, William Ospina
-Te devoraré -dijo la pantera.
-Peor para ti -dijo la espada.

Mi brazo fantasma, Óscar Sipán
Desde que perdí el brazo izquierdo en un accidente de moto su presencia es más real. Resentido con el mundo por su nueva condición de fantasma, mi brazo se ha vuelto retorcido y caprichoso: exige tocar la guitarra dos horas al día, hacerse un tatuaje de un Cristo yacente y golpear al guardia que nos multó; me amenaza con un dolor intenso si no secuestro a la vecina del quinto que tanto nos gusta.



¡AYUDA PARA ESCRIBIR, POR FAVOR!
Si necesitáis más inspiración, tenéis algunas direcciones-ayuda pinchando abajo:
-Consejos para escribir un microrrelato
-Qué es un microrrelato y ejemplos
-Antología de microrrelatos

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero silvia.
si hacemos un microrelato te lo enviamos a tu direccion de correo:
cuentistadeleguna@gmail.com
o cómo?
Soy Suli

Silvia López dijo...

Hola, Suli. Bienvenido como "comentarista" a nuestro blog.

Puedes elegir:
-dejar aquí tu microrelato, como un comentario.
-enviármelo a cuentistadelengua@gmail.com (cuida que había una errata en tu comentario), y yo publicaré una entrada con tu microrelato.
Lo que más te apetezca.

Anónimo dijo...

La Lluvia:
El día es gris en la mente de un niño, pero en la mente de un caracol es azul.

By: Suli

cuentista dijo...

Bonito microrelato, Suli. Me recuerdan (aunque no es lo mismo, sólo me lo ha recordado) a las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, que son pequeñas frases (definiciones, ideas) muy curiosas. Te escribo aquí algunas de ejemplo:

-El gato se hace el muerto para que lo dejen dormir la siesta.

-Abrir un paraguas es como disparar contra la llvuia

-El niño intenta sacarse las ideas de la nariz.

-Los tornillos son clavos peinados con la raya al medio.

-Trueno: caída de un baúl por las escaleras del cielo.

-Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.

Anónimo dijo...

Me alegro de que le haya gustado.